Después de una boda preciosa llena de cariño y risas no podía faltar la sesión postboda.
No nos fuimos muy lejos, a veces, nos olvidamos que cerca de casa tenemos rincones sorprendentes donde hacer un bonito reportaje, y subimos a La Arboleda donde pasamos la tarde haciendo fotos.
Kaia quiere recordar el día de su Primera Comunión en esos rincones por los que pasa todos los días.
Porque la ciudad es su gran parque de juegos, su escuela, su vida.
Pronto llegará una nueva hermana para Amets, y con mucho cariño ha ido haciendo los deberes para cuando llegue.
Pero ha dejado alguno pendiente, porque como hermano mayor quiere llevarla de la mano y disfrutar juntos de esos pequeños placeres que tan felices nos hacen.
Me propusieron hacer una foto para la invitación de bodas, sobre todo tenía que ser divertida e informal, además la protagonista tenía que ser la preciosa podenco Siri más que lo novios. Empezamos con la sesión de preboda, pero la invitación no la acabalamos de ver redonda, así que tuvimos que quedar otro día para conseguir la foto que teníamos en nuestra mente.
Ha llegado la primavera y empieza calentar el sol, nos morimos de ganas por salir a jugar al aire libre, Daniela no quiere perderse estar primeras tardes tan largas para disfrutas con sus padres.
Acabamos la serie del parque con estos dos hermanos.
Hacer a siete niños en una mañana fue todo un reto, pero nos gustan los retos. Y las caras de los abuelos al ver las fotos de todos los nietos fue inolvidable.
Seguimos en el parque con Laura, Lucia e Ignacio.
Poco a poco los niños van creciendo, ayer eran apenas unos bebés y ya se empiezan a ver esos rasgos de coquetería que trae el tiempo, esas miradas profundas que enamoran a la cámara.
Una soleada mañana hicimos esta sesión, buscamos rincones en sombra para conseguir una luz uniforme y no demasiado dura.
Sofía nos deslumbró con su sonrisa y Paula llenó las imágenes de amor.
Sí hay un regalo que siempre llega al corazón de quien se destina es una colección de fotografías.
En este caso Garazi y Kaiet quisieron sorprender a sus padres con un regalo especial. Primero fue unas fotos de ellos mismos, y unos meses después otra sesión junto con sus padres.
Os presento al pequeño Markel. Otra nueva vida que llegó a este mundo cargado de amor.
Se portó tan bien que sus padres no se lo creían, apenas había dormido por la noche así que por la mañana no podía abrir los ojos. Toda una suerte para mí.
Josune Reoyo Fotografía 